miriam quintana

Noche, tu otra vez.

Noches negras penumbras mojando los tejados,

 gatos maullan de tristeza o tal vez de   placer,

 el canto de los grillos parecen adormecer,

 abundantes,   e, irónicas mi mansedumbres.

 

  Busco, y espero sus pasos  sin devolver el camino; 

 tu imagen  esta allí, con flores, y rosas ,de olvidos

 corales y esmeraldas, con febril he  buscado,

 en el fondo del mar  ellas quieren alumbrar,

 mas la noche sin piedad,se va asomando

la noche con devoción, ya tejió su manto.

 

Oh! triste noche¡  de jame partir.

 

  Silueta, sigilosa alejada nunca se quedo,

 el insomnio otra vez agitando mi alma,

 bordando los bordes de armiño, sin llegar la aurora,

 ausente tal vez quién sabe donde ha de andar.

 

Los pensamiento vuelan, inquietos

 compañeras solo aves nocturnas

que van  golpeando multitudes de cristales,

          y Huyen las estrellas de los tejados  mojados,

 porque esta lloviendo.

       

  Mesida la noche mas la soledad avanza,

 trayendo las voces de tu evidente tardanza,

 no,no es mi complice, la risa, mucho menos la euforia.

 Tus besos,los años de tu piel  calmada no están allí,

 ausencia loca  te has ido sin mi,

 como esa lechuza  que suena,en la noche,

 y luego se va; perdiéndose en la oscuridad....

Una fragancia suave  parece  amañar en la tibia noche ,

 mas el frió no descansa, mas no  es tu figura,

 prendiendo mi fogata.

 

 

 No mojo tus labios los mios  sedientos,

   en  una noche larga,llueven los fantasmas.

Noche , tu otra vez, noche de premura y  soledad,

 dueña de ti misma acaba mis desates,

 en auroras de  sueños brillantes.

 

 Noches de largos presagio,

 sus ojos no he vuelto a ver

 preciso el preludio  de sus  manos,

 y mi alma prendar en ellas su alma.

 

 Mis lágrimas mojan mi cara

al igual los tejados mojados  están;

 noche  tu otra vez quitando mi calma,

 por dejar pasar ese tal vez.