tal vez sea que los anhelos no cubran finito
la laguna, en la que pesco en el dia dia
al completar la noche la ganzua
que suave va retorciendo los sucesos.
espera atenta
si la veo a esa sirena en el anzuelo,
no me dejo que cante,,le tapo la getica,
pa que su luces de sonidos
que brillan en un eco noctambulo
no me tambale la seudoconciencia en un tris tras.
A cuerda prieta la amarro,
asi aseguro,inminente cautiverio.
Coletosa., no puede arañar,
rebanada las escamas. ya las riendas de la gula
rompen su caudal incontrolable que disparan
la esposo centada a la olla, llevo cellos en los oidos
y la veo entonar la mascara mas preciosa a fuego lento,
que truculento, y ese aroma por poquito,
sudaito el pegao.
el ultimo suspiro se desvive por hacerme cautivo
lo mas sabroso en manjares a puertas del infierno,
comido sin cubiertos, a sorbos el caldo,
empapa delirios tremendos al palar,
a mordisquitos a el estofado le arranco la piel protectora de pulpa.
Me meto carne adentro, salvaje devoro cada tramo triturable,
dajando solo la careta y las espinas como trofeo en paraiso de lujuria.
El alma del manjar disfruta aun siendo difunta.
Estubo al dente, aun late lentamente el sabor irrepetible.
Tres coleteos y no la amarre.
que si me canta y yo me asomo al muro no atravezable de liras,
el caramelo de boquita que mastica mis pensamientos deudores,
confuso cautivome como presa sin tabu, a poco despues.
Soy el alimento entonces irrepetible e irremediable suicida.
Masticame, muerdeme, saciate fiera anfibia,
pago con entregarme metretriz de la muerte.
Ensoñacion a las puertas del paraiso.