Cuando el flamígero sol
Me miró y quemó mis cuitas
Sentí muy fuerte el Blasón
que en mi interior esculpía.
Y tomando nueva insignia
tan recio se ha figurado
Que el Blasón que vive en mí
en rosa se me ha trocado.
Me quemó con tal ternura
he infiltró tal devoción
Que fundió el cielo en mi vida
entre jardines de amor.
Ya yo no siento dolor
pues ese sol lo ha secado
Y renace vida en mí
como jamás he soñado.
LEO HENRY