Jorge Isaac Torres Manrique
Resulta increíble y gracioso el acto divino de tu retorno.
Aunque, digamos que, gracia alguna, no me hizo.
Más bien, debido a que me siento nuevamente muy feliz contigo,
sospecho que finalmente, a Dios le caí en gracia.
Ergo, por tener la gracia de tenerte otra vez,
no me canso de darle las gracias y a tu agraciada compañía.
Te cuento, que siento como si estuviese en su gracia.
También, como si mi humor y presencia tuviesen más gracia.
Gracias a ti mi amor, vuelvo a ser quien fui.
Creo que tendré la gracia de ser quien siempre quise ser.
Quien diría, que iba a quedarme con quien tanto anhelé.
Con quien es más grácil y graciosa que nadie.
No me dejes mas, agraciada y amorosa felina mía.
No quiero estar otra vez, extraviado y en desgracia.