En el ragazo de la noche
que se despliega sobre mi alma,
dibújame un tímido acorde
a tu suave cuerpo abrazada.
Hazme ocaso de sueños,
hazme melodía dentro de ti,
hazme estrella en tu cielo
para guiarte con su luz hacia mí.
Hazme paz en tus ojos de niño,
con la simple calma del amanecer,
hazme belleza entre tu cuerpo y el mío
con un cálido roce sobre mi piel...
hasta derretir la fría nieve
que arrulla la ilusión,
tan frágil y hermosa de verte
esperando por mí, mi amor.
Y con la tarde que agoniza
hazme suave desnudez,
que en tus ojos se hace caricia
para que yo en ti vuelva a nacer.
Y al soñarnos despiertos
hazme, niño, como tú quieras,
es sólo amarte mi deseo
y ser en ti nuestra primavera.
Ceci Ailín