al dolor de no verte se suma
la angustia de la delgada pluma
que entre las alas de la amargura
te llevase con premura
hasta el infatigable abismo
donde todo cuerpo se consume
y entre las ganas de mi mismo
y el deseo que mi mente que aun no lo asume
quiero volver a verte...
te fuiste derepente,
como la aurora de la matina
entre el silencio y la prisa
en la espera del amanecer
dejando solo un ocaso frio
gobernando impunemente tu piel,
que mas me da si te fuiste con Él,
si asi es como ha de ser,
para que puedas renacer,
de ese lugubre y sombrio
lagar donde habita tu cuerpo,
habitaculo cernido, a la fria noche,
que eriza a las almas,
conductor de aquel coche,
al que no queremos conocer,
angel maltratado,
¿si fuiste por Dios enviado,
a mi alma estremecer?,
dime pues que es lo que hago
con este inmenso padecer...