Aire,
Espacio intangible y eterno.
Reino de imposibles y de sueños.
Sólo aire.
Aire que transporta mi voz.
Voz que recorre calles
que tú y yo ya hemos recorrido
de la mano, en silencio.
Silencio que hoy se rompe en mil
por un llanto sin palabras,
que va creciendo en la distancia.
Que te llama y no te halla.
Y cuando por fin se apaga,
pues todo muere con el tiempo,
mi vida pierde el sentido.
Se me escapa entre los dedos.
Entonces, decido convertirme en aire.
Ser uno con el viento.
Esparcirme por la ciudad
para volver a tocar tu cuerpo.
Ser una última vez
la caricia en tu largo pelo.
El roce en el dorso de tu mano.
El escalofrío en tu seno.
Entrar despacito por tu boca.
Meterme dentro, muy dentro,
por alvéolos y venas
hasta tu corazón de hielo.
Y allí decirte, bajito,
adiós, mi amor, te quiero.
Si algún día me necesitas,
búscame en el abrazo del viento.
Todos los derechos reservados por su autor: Luis González-Aller