Aunque me desmiembre en el trayecto.
El humo de tu boca me lanzo al viento.
Implosión de nuestros cuerpos.
Fuimos testigos del cataclismo,
de nuestras pieles colapsando en el día
y renaciendo en la noche.
¿Cuando se apago el sol de las mañanas
y globos lo suplantaron?
Con el tiempo la lluvia rescato el silencio
y lo volvió mudo de nuevo.
9 meses gestando al final de un pasillo
los días y las noches.
Para que se aborten los sentimientos.
De un amor enfrascado en el vientre,
de un corazón que quiere parir
la luz de sus canas y lo violento de su ser.
Derramado en la alacena, para guardarme en su pecho
que antes era un cubo.
Y ahora es obtuso al olor de mi sangre.