Olvidada en el hueco del árbol, marchitas,
te alejas, hoja de pergamino de áspera turgencia,
fue tu esencia radiante;
sediente de humedades llora el jardín abandonado.
Grabada en la memoria del tiempo,
quedó como una estampa,
delicados los dedos que te alzan,
con guantes de seda y escamas de nácar doblan la hoja.
Tus ojos de cristal de murano estallan en el aire,
son pequeñas explosiciones iridescentes, forman charcos,
las ventanas se quedaron sin pestañas,
el sol quema mis entrañas esperando la alborada.
Allá en la serranía canta el ruiseñor,
gorjeos de alegría ¿ será solo ilusión?
Es la voz del Creador que exhala trinos de amor,
te escucho Señor “laud and clear”
mi copa de vino elevo en oración.
Merche DemBar
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