¿Por qué te estremeces corazón
al sonido del viento,
como si hubiese prometido que su voz
oirías en ese instrumento
invisible, inexorable, omnipresente,
que acaricia las palabras que de su boca salen,
esas palabras que de amor creciente
en mis huesos secos cual rocío caen?
¿Por qué te estremeces corazón
al crujir de las caídas hojas,
como si sus pies las hollaran en ritmo veloz
y de las huellas de sus plantas hermosas
un río de vida hacia mi fluyera,
prístino, diáfano, omnipotente,
manantial bendito para que no muera
en la triste desdicha de un amor ausente?
Y te detienes, porque sabes que te sigo,
y extiendes tu mano para levantarme
porque vez que a tus pies he caído
esperando, solo esperando, que quieras amarme.