Serás poesía en mí,
en el tiempo de la gris melancolía,
donde confluyen tu distancia y la mía.
Cuando la tarde se dibuja al costado de tu risa,
y este instante pintado de vivir
nos arroje a la calle de sentir.
Y ya sin prisas,
desnudos y excitados como niños
escapemos por los techos de la noche.
Saltando al precipicio de la vida.
Seremos dueños del mundo y sus derroches
de la locura de ser libres y existir.