Unos granos de dulzor
queriendo diluir su esencia
buscaron la mejor ocasión
para actuar en consecuencia.
Un vaso de agua clara,
pura y muy transparente,
en la mesa aguardaba
que cayeran dulcemente.
Uno a uno todos los granos
fueron cayendo al vaso,
y todos tal cual pensaron
se disolvieron en el acto.
Sólo unos tímidos granitos
no lograron su cometido
al no ser tan expeditos
no pudieron ser diluidos.
Pues el vaso de agua clara
cuando los granos pudo ver,
estaba tan saturada
y no lo pudo disolver.
Así son amigos, los proyectos
que tenemos en la vida;
si demoramos en hacerlos nuestros
otros lo harán enseguida.
AUTOR: Alejandro J. Diaz Valero
Derechos de Propiedad Intelectual Registrados
Bajo el Número 1304114932264
Maracaibo, Venezuela