josemiguel

Si los que mueren volvieran



Si los que mueren volvieran,

y por lo menos dijeran como es eso por allá;

uno se preparaba y si acaso es tan malo,

uno no morirse na.

 

Pero tal  se ven las cosas,

parece que no es tan malo, los que se van no regresan,

¿O es que pondrán cadena a las puertas cuando entran?.

 

De tantos amigos míos, siempre recuerdo a Agapito,

el que no quería morirse y en su última agonía maldecía a la pelona,

muy rabioso se tornaba dando tremendos gritos,

cuando vio al sacerdote y le agarró la sotana para darle cuatro azotes.

 

Tan sólo a mi me habló, para pedirme un favor,

me pidió que le cuidara, mucho, mucho a su mujer;

y yo me comprometí con el viejo amigo mío,

y por golpes del destino de ella me enamoré.

 

Allá donde Dios le tenga, entre rosas o palmares,

o donde nacen los cielos o donde mueren los mares;

yo le ruego me perdone por mi falso proceder,

pero le di mi palabra y la he cumplido con él.

 

Ahora bien sólo le pido, que si dan una amnistía para volver para acá,

que le de gracias a Dios y que le diga que no;

que está muy acostumbrado y que se olvide de eso,

que yo le sigo cuidando a su mujer, ahora que más hembra está.

 

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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita