alexei

MI DESTINO.

Andando en una noche fría, húmeda,
bajo las gotas de lluvia tenue, intermitente,
con las ráfagas de viento congelante, 
en medio de las cañadas y de los montículos,
veredas llenas de hojarascas otoñales,
silencio quebrado, por los cantos de los grillos,
a lo lejos la lúgubre saeta de un búho,
de vez en cuando se vislumbran las siluetas,
de los coyotes a la caza, de zarigüeyas,
conejos y liebres, pasó de la naturaleza viva.

La bóveda celeste, oculta a intervalos,
se vislumbra la luz celeste y de las estrellas,
que tímidas se asoman, para recordar,
que en la lejanía esta tú ser, que me espera,
añorando ambos los momentos juntos,
que depare el mañana, lejos de batallas duras,
y solo haya tiempo, para estar al flanco,
que nuestras almas ya no estén juntas distantes,
que ahora duerman, por el tiempo dado,
en los cuerpos prendados, de los amantes unidos. 

La mente se enturbia día a día, mientras la batalla,
diaria, quebranta al alma, ante la miseria,
del ser humano, deja por nuestro paso diariamente,
el espíritu se dobla y ennegrece, porquería,
que nuestros ojos descubren, carnicería despiadada,
mientras luchamos por conservar la entereza,
y seguir soportando, sin oscurecer al aliento interno,
batallando por conservar nuestro sentimientos,
a pesar de horror de nuestro presente diario y macabro,
seguir soñando, con una primavera ya ganada.

Y mientras a mi paso caen las hojas de los arboles,
recordando que vivo en una eterna soledad,
a pesar de tener tú anima, a mi lado, aun distante,
y que por azahares del destino nuestro futuro,
aun permanece en un crudo invierno, que eterno,
parece, conservo la esperanza de un mañana,
que al abrir los ojos, vea el resplandor de tus gotas,
de esos luceros que iluminan mis deseos dados,
que pronto llegue a mi encuentro, tu cuerpo añorado,
que desaparezca por arte de magia, la distancia.

Que regresa la paz a mi cuerpo cansado, lerdo y triste,
y sienta la miel del hogar por tanto fantaseado.
tratando de descansar, al cerrar los ojos, las pesadillas,
llegan se entierran y apoderan, de los ensueños,
nubarrones negros, reflejo del ver cuerpos desmedrados,
ver los floreados cuerpos, ante el raudo paso,
de las balas asesinas, que vuelan sin destino, al destinatario,
soñar que los sueños, en cualquier momento,
se acaben, pánico de que el amor se acabe, por el destino,
que algún proyectil encuentre mi paso fortuito.

Se convierta en la muralla, que destruya en su sendero,
que mi alma solo te encuentre, atrás de la vida;
despierto deseando las sendas encuentren paz y consuelo,
y que tu alma siga a través del tiempo y distancia,
calentando mi paso terreno, dándole amor y la tranquilidad,
y sobretodo, que sigas siendo ese mi destino,
para esa primavera hoy lejana, deje florecer siempre a tu lado,
ese jardín lleno de flores, aromas y de cánticos,
que nuestro destino se apiade, me deje ya despertar tranquilo,
con tu alma ser y cuerpo por siempre a mi vera.