Te quiero en el mutismo
de las madrugadas eternas,
en la aventura de descubrir
todas las maneras de quererte.
Te quiero con la apacible locura
de un loco, con mis convicciones,
desobedeciendo tus sentimientos.
Te quiero con la voz en un teléfono,
con mi piel y su deseo, con mi vida
y sus intrigas, con lo que soy
y lo que tengo.
Te quiero en la necesidad del beso,
de la caricia, del roce pasional.
Te quiero en las horas que pasan
lentas, impacientes.
Te quiero nombrándote esta noche
como tantas otras,
retomando vuelo, ya que sabiendo
que existes es imposible temerle
a los abismos.
Te quiero, y más aún te quiero,
con todos mis silencios
de poder gritarlo.
Este fue el primer poema que publiqué en el sitio. Con la edición de ayer, completé la publicación de 150 escritos en “Poemas del Alma”. De allí la ocurrencia de repetirlo. Bien vale aclarar que no figuran en mi perfil la totalidad de los escritos debido a un breve paréntesis que me impuse en el foro. Deseo aprovechar la oportunidad, para hacerles llegar un agradecimiento especial a todos, lo que día a día me leen y comentan. A los que no lo hacen, porque más allá de sus motivos, respeto su posición a no compartir mis escritos, sobre la base de la discrepancia también se construye y se aprende. A los que me brindan una amistad impensada pero bienvenida y por último a los responsables de este espacio, ellos hacen posible que, con total libertad, me exprese.