Hasta mi, llega el aroma de tu cuerpo
En la lejana soledad donde te espero
Y a pesar de la distancia de este amor
Al soñarte cada noche me desvelo.
Recuerdo el cantar celestial de tu sonrisa
No me importa morir si llegas con la brisa
La que escucho con amor y con esmero
En las tristes lejanías de amor, yo muero.
Me restriego en el recuerdo de tus besos
Imborrables del amor que tú me distes
Las caricias de dulzuras azucaradas y por eso,
Que alucino en la noche, esperando tu regreso.
Autor, Joaquín Méndez.
2010,04/04.
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