La soledad azotando con látigos de frío, me llevan a evadir la realidad, no sé de donde vienen los vientos, la lluvia comienza a llegar, infinitos ríos amargos salen de su cauce e inundan mi ser.
La antología de la felicidad se vuelve una quimera, palabras sin sentido, utopía de realidad, de veracidad, sólo vacío, viento estancado y ausencia absoluta.
El calor ha huido de mi cuerpo, estallan palabras en mi mente, relámpagos de imágenes revientan sin misericordia contra las piedras.
La esencia del perfume, se percibe en la oscuridad, solo se atisba por momentos, cuáles recuerdos perennes, fugaces llamaradas de luz, que interrumpen la monótona penumbra, engañando al pensamiento.
Vacío, ausencia, obscuridad total, espantosa angustia por falta de tu compañía eterna, el vivir de los otros continúa caminando, el mío está detenido en angustiosa espera.
Ármate de valor y destruyamos las monstruosas aspas afiladas que quieren acabar con mi cordura, dejemos juntos atrás miedos y soledad, enfrentemos tomados de la mano risas y llantos.
La caída de las piedras del tiempo no detienen su peregrinar, avanza inmisericorde destruyendo el hoy en pedazos a cada momento, y se nos acercan cada vez más.
Los caminos en los rostros se definen a cada instante, los hilos de plata resaltan en la soledad, la luz de las ventanas se empobrece cada anochecer en el vacío, y tu ausencia agranda el abismo del gélido espectro que me acosa.
Date ánimo, dame valor, engañemos al tiempo, el final de los tiempos nos alcanzará; ¿Cuándo? ....No lo sé, ¿Sin ti? Mejor ahora, sin más agonía en vacías noches eternas, espero pronto que llegue el fin.
¿Daré gracias? Sin duda!