La vida es sentir la pasión de tu silencio,
una brisa extraña se esconde en tus sueños,
cada vez que me hablas, renace mi alma,
descubro el volar de miles de versos
que hablan de ti con amor, con empeño,
que dan la frescura y la calma
a las estrellas más lejanas del cielo.
Te contaré mis ilusiones cada noche,
cada vez que pueda besarte, que me calles.
Te miraré como quien mira un tesoro,
así, como se anidan las aves en primavera
viviendo en tu morada suave,
en las olas de celestiales coros,
donde el espíritu inmortal quisiera
morar en tus claros ojos.
Te regalo el pasar del tiempo eterno,
sonríe, que tu aliento ha vencido,
no hay en tus días de invierno
nada que el calor de tu alcoba
no haga renacer, corazón mío,
dulce poema de esperanza y flores
que en la barca de rosas
cruzas en mi pecho los amores,
como sirena que canta en el río
las caricias infinitas de una diosa.