Oh Gaya, mi inalcanzable reina
de hinojos llego a este jubileo
y no quiero que sientas ni lastima ni pena
de saber que tanto deseo
Oh Gaya, tu nombre me atraviesa la garganta
como una daga cuando corta el viento
y no es que mi pena sea poca o tanta
es tu apático sentir por lo que siento
Oh Gaya, amada de todos los Olimpos
perdóname esta anáfora lastimera
es que no dejas ni tan solo un resquicio
para ver si habrá un día, en que me quieras
tan solo vengo humildemente a impetrar
osando poner en ti mis pensamientos
perdóname Gaya, por sentir y pensar
con la pasión que raya en el tormento
perdóname por soñar subiendo
tu cordillera de aureolas y pezones
y en el jadeo ir bebiendo
tu ambrosía vaginal a borbollones
perdóname si imagino tu lengua al desvariar
para ahogarme en tu mágica saliva
perdóname por; a toda hora en ti pensar
aunque al final ni sepas que yo viva