Hermosas esas dos perlas
viajera de tus mejillas
que son de felicidad
con mi primer te quiero
en este rió de Sevilla.
Dulce lucia en tu rostro
y mi alma enternecida
tomo prestado mis brazos
te sentó sobre el regazo
mientras tus ojos bebía.
Temblabas como una hoja
las perlas se hicieron río
me miraste a los ojos...
tengo miedo de perderte,
nunca me dejes amor mio.
Jurandote amor eterno
con un beso estremecido,
te dije muy despacito...
nunca te dejare mi amor
quedándonos adormecidos...
Ahora sentado en tu lecho
cuando la vejez te vence
asoman otras dos perlas
que en tu ultimo suspiro
me llevan y desapareces...
Ángel Reyes