Este poema no se refiere al sentido espiritual ni religioso de la Navidad en sí misma, ni intenta herir ninguna creencia. Es, al menos, en gran parte de mi país, la reunión anual de buenaventuras de
aquellos que sólo se ven en una fiesta.
¡ Navidad, donde quedó tu significado ¡
¿ En qué regalo el hombre ofertó al Cristo?
Renace EL que el mundo ha visto y
en el lujo fue ignorado, en vidriera de mercado.
¡ Oh navidad, que paradoja y enigma ¡
Qué hizo el desatino humano demente
arrimando el pino al pesebre
y un Santa Claus de paradigma.
¡ Oh, Navidad, fiesta borracha de ambrosia ¡
Dulce sentina de turrones y besos reprimidos.
Pletórica de corazones derruidos. Y tú...
Tú actriz de novela, a farsa parecida.
¡ Oh, Navidad, tradición mentirosa ¡
Asilo de hipocresía barata,
careta de alegría, nada de alpargata.
Fiesta de las brumas. Fiesta brumosa.
Si al reloj se le cae un minuto
las venturas van marcha atrás,
el descorche de besos va en demora y
en la burbuja se oculta el beso poluto.
¡ Navidad al acecho de la hora en prisa ¡
Besos intocables al por mil en posdata.
Tiempo de botella y copa cara.
¡Qué precio espiritual tiene una plástica sonrisa ¡
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