(esperar 23 segundos de la música para leer el poema)
Y cuando nos dirijamos al altar,
mi mano inseparable de la tuya.
Los votos, juramentos se harán.
Nuestras almas dirán el aleluya;
lágrimas en mis ojos de felicidad
por ti, la mujer que lo atribuya.
Tu vida y la mía, amadas serán.
Vito Angeli