Este es el mar de lo imposible...
fantasía de un cuento que no acaba,
que se arraiga en los dos, crea desvelo
y en cautiverio eterno, nos amarra.
Porque sé que tu me quieres, vida mía
Y al separarte de mi
futuro errante tendrás toda la vida
si es que quieres desertar a mi llamada.
No detengas ese amor que por ti clama
No restrinjas los impulsos de tu alma
Deja...deja llegar a tí esa llama
que inconciente en tu pecho así te abraza.
No tendrás ya descenso de amargura
ni alzarás tu vista pura a la inconciencia,
pues yo seré tu báculo de ternura
tu blanca realidad en franjas de inocencia.
Y sabes por qué te has de librar de esa locura
de pensar que es nuestro amor vana quimera.
Porque mi amor en tu pecho hará una herida
que más que dar dolor, dará firmeza.
Y las barreras que hasta hoy nos impedían
gritarle al mundo que un amor tan tierno
palpita más allá de tu conciencia y de la mía
se unirán gloriosas a este sentimiento.
No hay grande amor que no encuentre en la victoria
de luchas en los campos de psiquis redentor
la alianza progresiva de los externos quebrantos
rendidos al influjo de tan divino amor.
LEO HENRY