De ese profundo mar,
nacieron dos piedras hermosas,
color cielo o color mar,
solo sé que son preciosas.
Si el mar te brinda tranquilidad,
porque en la ciudad no lo consigues,
ves y siembra tus ojos en el mar
y verás que allí echan raíces…
Comparto la soledad,
quizás porque siempre estuve solo,
en el mar disipaba mis penas
y desde allí, miraba tu ojos…
Confundí tus ojos con dos perlas,
pues, su claro brillo resplandecía,
denotaba una claridad absoluta
con un brillo que me enternecía.
Amo a las piedras preciosas,
en ellas se refleja el alma,
no hablan pero transmiten
y dan deseos de conquistarla…
*** J.L.O ***