Quiero el dulce nombre en mis labios
para refrescar el alma en tu manantial
como despiertan las flores
en las alas del campanario
que anuncia la mañana celestial,
en ríos de imensos colores,
en suaves gotas del rosario
vienen a tu alcoba a despertar
tus ojos mágicos y embrujadores
como luceros de giros planetarios
que nunca dejo de contemplar.
Te despierto con un beso en las nubes
que nance del misterio de ayer,
de los secretos contigo vividos
desde el inicio de las rosas azules
que el rocío de luces hace renacer
cuando el calor de tus brazos y los míos
dibujen el mismo amor que nos une
cada vez que llega el amanecer.