Aún a pesar de haber pasado tres años llevo esos recuerdos en mi mente,
esos recuerdos siguen tan frescos como si el tiempo no hubiese transcurrido,
recuerdo aquella madrugada serían las dos cuando anunciabas que pronto verías la luz.
Sabes, ese día fue uno de los más bellos de mi vida, la espera en la sala, la intranquilidad,
la impaciencia y los nervios, tanta congoja y tanta incertidumbre. El tiempo parecía eterno, habíamos llegado al hospital a las tres de la madrugada un martes seis de julio, parecía que todo se confabulaba pues ese día concordaba con mi día libre.
Miraba cada dos minutos el reloj y no aparecía alguna nueva noticia para calmar mi nerviosismo. De repente faltando diez minutos para las diez de la mañana se oye en el altavoz mi nombre, era ya la hora, era el momento. Pase y seguí las instrucciones del encargado de como debía comportarme y las ropas que debía llevar. Cuando entré a la sala mi esposa estaba preparada en la camilla, parecía que esperaban por mí para poder empezar.
Mi bebe, sabes, no me cambio por nadie, con orgullo te digo que esos momentos han sido
y serán los más hermosos de mi vida, cada vez que surgen y evoco los recuerdos con ternura las lágrimas corren por mis mejillas. Que hermoso fue verte, el asomar de tu cabecita, el ver tus ojitos, el saber que fui el primero cuando te cargue al que miraste, esos ojitos vivaces miraban con extrañeza a la vida... al mundo, esos ojitos que unieron con mayor fuerza este amor que emana por ti hijo mío.
Hoy que la vida a cambiado nuestros destinos la de tu madre y la mía, quiero decirte hijo mío que siempre estaré cuando me necesites, que aunque lejos te llevo cada minuto de mi vida, que la única fortaleza me las das tú para sobrellevar esta vida, cuanto daría por ver esos ojitos tan picaros, verte crecer, disfrutar tus cosas y seguir cada paso que das, cada nueva noticia de tu desarrollo y tu personalidad.
Si, cuanto daría por estar a tu lado, siempre sueño despierto el día en que pueda verte de nuevo, sería tan emotivo, me imagino abrazarte con fuerza con llanto de alegría, con esa ternura que nació esa mañana, esa mañana tan especial del seis de julio en que te vi nacer hijo de mis extrañas... cuánto te extraño...cuánto te amo.