No es que te ame, no, ya no tendría sentido,
no es que quiera entregarme,
el corazón se da, sólo muy pocas veces,
no es que quiera fundir tu vida con la mía
que ya se ha fundido al oro de otras manos,
es que...
hay en ti magnetismo,
fuerza viva, radiaciones de sol,
rugidos de mar en días de tormenta.
Hay en ti caminos de misterio,
condúceme por ellos descargando
en mi cuerpo la furia de los vientos.
¿Y luego?
Márchate lejos, donde yo
no te alcance,
para fingir entonces
que todo ha sido un sueño.