La noche está como siempre constelada,
mas la luna vuela hasta el mar para enrollarla,
a la noche oscura
que mi corazón calza,
hasta mi sueño alegre
que mi corazón mata,
a ti te debo ,
una respuesta congelada,
a ti te debo pues,
el tiempo que arrebata,
éste es el tiempo del silencio,
por siempre mucho más que inoportuno,
por ti cogí la estrella de algún verso,
y me adentré a la ciencia del te quiero,
lo contrario pues,
a lo que nunca ha sido sueño,
y todo como siempre en el silencio,
sigo recordando,
la noche de los versos,
pues estuvimos solos,
sin nadie a nuestro tiempo,
pues es a ti,
al que muestro en mi silencio,
pues sin ti,
lloro al mar por este incierto,
sigo pensando ,
porque eres del lucero,
aunque estemos solos,
seguimos en el tiempo,
y agradezco a Dios
por estos sueños,
aunque nunca nadie entienda esto,
recuerda siempre,
el último verso que escribimos,
hablando del amor y sin dejarlo,
pensando en la mujer
que nos ha traicionado,
y recuerda el amor
que juntos anhelamos,
junto al primer beso
que esperamos,
y al ensueño que no supimos esperar,
el último sueño
sin esperar felicidad,
el último encuentro
sin esperar nada amar,
pues ya no creemos casi en nada,
solos pues lloramos,
pensando en el silencio maltratado,
somos como hermanos,
y sin querer nos traicionamos,
amargamente,
por las musas que dañaron
nuestro corazón y enamoraron,
ahora lloramos sin esperar felicidad.