Mis lágrimas saben hoy a nostalgia,
dejaron su dulzura por el camino
quedándose huérfanas contigo
y preñadas de sal amarga.
Lágrimas que destilan añoranza
cuando fluyen por las mejillas
labrando un surco de tristeza
que desemboca en mis labios.
Mis lágrimas te dicen adiós
y mi corazón, hasta luego;
mi cabeza esboza un deseo
y mi alma atesora un amor.
Son ellas, lluvia de esperanza
que riega el edén de mi alma.
Pau Fleta