Antes de salir me cepillo los dientes
(no puede sentir mal aliento),
me miro en el espejo, me afeito,
borro cualquier mancha de mi rostro
hasta quedar reluciente. Me perfumo,
mientras veo en el espejo que mis ojos
la miran. Prosigo,
me pongo los zapatos
antes de salir de mi hogar
y corro, atormentado por la espera.
En la micro
el paisaje es un regalo para nosotros,
me imagino con ella en las praderas,
me imagino sumergido en su aroma
en la solemnidad de una montaña,
siento su voz buscando respuesta...
Me pongo a caminar
y al llegar saludo a mis amigos,
a mis no amigos, pero no la veo,
no la encuentro pero la siento venir.
De pronto
se acerca a lo lejos
seguida por dos sombras,
su mano no es ausencia de calor ni de historia
y sus latidos cantan melodías que yo no conozco,
por lo que me golpeo la frente
y recuerdo que está con otro.
No volveré a olvidarlo.
29/11/2011.-