Me decía ella que servía para no sentir,
Para los dolores del alma había un remedio
que ella hacías,
¡Nunca pregunte!
Yo le decía… yo sé cómo evitarlo, duermo todo
el día.
Tomo las pastillas mágicas de dormir y con
cuatro o cinco y con eso basta y sobra,
seguro duermes un día entero o más, y así
dejas de pensar,
Y un día le pregunte ¿qué haces?, porque
siento tanto dolor que dormir no me ha
servido, despierto y vuelvo a lo mismo.
Y me dijo mírame los brazos, tantas huellas
encontré y le dijes te dañas.
Lo encontré una locura, me dijo es una
salida,
¿No te amas? …Te pregunte “no más que el
sufrimiento que corroe mi corazón”
Bueno no te juzgo yo suelo dormir…. y a veces
pienso que una píldora de mas
Puede llevarte a la muerte.
Y hoy me sentí que con tanto dolor en mi
corazón
No lo podía soportar, ya dos días llevaba de
dormir.
.
Y mis lagrimas derrame, y sin pensarlo un
vidrio tome
Y rasgue mi piel, el dolor no se sentía,
aunque era sobre la piel,
Y de pronto dolió, pero su dolor no era nada
comparado a lo que el corazón siente.
Así que me tuve que cubrir mi brazo, pará que
nadie más los vea.
No sé si lo volveré hacer, sólo que fue como
una droga
Para que mitigara el dolor de mi corazón.
Se los cuento porque sé
Que mucha gente lo usa, en la juventud se ve
mucho.
Y es algo de ellos, pero que calma el dolor.
Si solo viven solo en el mundo y los papas no
les importan jamás.
Ellos recurren a la droga y al alcohol y
recurren agredirse por la indiferencia de
muchos.....