Cariño, estamos tan enamorados
que mil millones de ángeles alados
no podrían expresar nuestro amor.
Ni el más avezado y diestro pintor,
dispone en su paleta ese color
que el mismo cielo envidia con fervor.
Tan enamorados que hasta las flores
se avergüenzan de sus bellos olores
ante nuestros aromas almizclados
y nuestro porte de gallardo albor
que sólo al mismo amor rinde honores.