¿Dónde amor mío llevarán tus luminarias a encender
esas vagas quimeras de hacer quizás la alegría renacer?
¿Dónde tus fríos suspiros crepitarán los pechos a placer?
O ¿Serás esa luz vernal al blando regazo de otra mujer?
Incierta tu luciérnaga a los ojos ansiosos de mi mundo
¿Buscará ávida consuelo al instinto de tu espíritu iracundo?
o ¿Abrazará incierta, todo deseo en su anhelo vagabundo
cuyo trémulo y fallido eco aún errante, no te será fecundo?
Festonearás con tus encantos otros corazones ¿vino amargo?
O ¿Calmarás los ácidos sabores que te ha corroído el quebranto?
Porque aunque fuiste huésped de mi lujuria para nada retraída
ya logrado tu deleite, quizás me sepultaste impúdica a tu vida.
Florecerán del invierno al otoño los amores y pasiones en mí
y cautivaré de los castos pajarillos y pimpollos su dulce candil,
cambiando dolores por consoladores llantos y ciegas malicias,
pero ya no me torturaré con tu vil canto de sirenas hecho cenizas.
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso