Es la música que suena
abriendo los sentidos a otro ahora desconocido;
instante donde vida y muerte,
abrazadas en callada eternidad,
miran sus reflejos en el manantial de su grandeza.
Cielos que se arrastran queriéndose poner a tus pies
para deslizar sobre ellos la miseria vestida de tul,
la desgracia con gesto paciente,
la penuria que se vive y se siente,
la ira, que ciega en su trayecto,
te ha robado la noche para vestirla de lamento.
El silencio impuesto entre nota y nota,
el que mejor habla de todo lo que fue,
ese que sabe de pérdidas,
aquél donde la tuya, libre y solitaria,
destello de verdad, encontró su espacio.
Eterno pentagrama de vida
construido de momentos de silencios.
(Jpellicer)