Abrázame y perdóname!
ámame con locura;
endereza mi sendero y aprisióname
en el prodigio de tu hermosura.
Embriágame de cariño
y seré un ser afortunado;
con espíritu dócil de niño
y estupor profundo e iluminado.
Tu mano suave y delicada,
sobre mi frente reposa;
tu respiración impregnada,
es vástago de vida en verso y prosa.
Acaricia con ternura
mi rostro disfrazado,
de pétalos y mármol sepultura,
de suaves voces en mesura.
Sierpes son las flores,
arenal el prado;
melodía sin temores,
alegría en tu letrado.
Prende la luz de esperanza,
apacigua mis temores,
canta el coro de añoranza,
y elimina los falsos rumores.
rumores de despedida
que a cántaros provocan lágrimas,
a diario cuento las horas en mi vida
y pienso en ti!