"Has traido paz a este valle
y alegría en mi corazón"
(frase personal, en agradecimiento a Nerval)
Estambres de tu sangre llevo dentro,
hay hijos de tus labios en mis labios,
hay lunas de tus noches en mi cuerpo,
hay sombras de tus dedos en mis manos,
hay ángeles terribles al borde de mis sueños,
hay plumas en el viento y alas en tus brazos.
Textura de toda mi vida vive en tu tiempo,
tengo roces huérfanos que ansian tu manto,
tengo vientos fríos emulando tu dulce sustento,
tengo días en mis recuerdos diciendo te amo,
tengo estrellas taciturnas que escalan tu cielo,
tengo oscuridad de día y esperanzas que abrazo.
Hay briznas, restos de ti por todas partes
como cabellos que se pierden con los años
en las celdas solitarias de una cárcel
que es mi amor por ti en los tristes aledaños
de tus fotos, tus recuerdos que dejaste
en mi vida que es la espuma de un naufragio.
Tengo motivos, secuencias de mí tan grandes,
impuestos cual espinas insidiosas por tu rebaño
de incitación que anudan en mi sin desarme
el espíritu de un Quijote frente al amor tacaño
devastándose lentamente en su lecho la carne
que tanto por amor de tu causa fuera presagio.
Tanto temor, tanto miedo a este desastre
que me ronda por el pecho como un astro,
que circula por mis lágrimas de amarte
cuando miro tus pupilas de alabastro,
cuando sueño fieramente con tu imagen
en mi lecho que es de espinas y de cardos.
Por eso, no rezaré mas noches que me ames
dejando a los días pasar ausentes tus pasos
con la virtud de mantener aunque sea tarde
un halo invisible que solo atará tu catastro
al recuerdo de quien fue en la vida amante
tuyo pero hoy subsiste por amor sin rastro.
Francisco de Nerval - Vito Angeli