Métetelo en las venas, hijito… (William Borroughs, “El Almuerzo Desnudo”)
Marionetas,
Bailan una triste melodía,
Nunca terminan su paso lento,
Repiten constantemente.
Lágrimas surcan sus rostros,
Sudor en su frente y en su cuerpo,
Gemidos entre el blues,
Llanto imparable con delay.
-Un titiritero, ríe estruendosamente,
Ser ventrílocuo de infinitos dedos,
Mueve infinitos hilos de carne,
Con un cigarrillo interminable en su boca.-
-Muñecos de madera,
Sonrisas macabras pintadas con témpera,
juegos de luces y sombras,
¡¡¡¡Bienvenidos Al Teatro que es la vida!!!!-
-El espanto de la Rutina,
El horror de la Esclavitud,
En esta obra de miles de actos,
(¡Mejor no pidas que cierre el telón!)-
-¡Jajajajajajjajajajajajajjajajaj!
No llores nene,
No te levantes para la ovación
¡Sin Ticket no Hay devolución!-
(Laberinto Oblicuo plagado de espejos,
Verás tu horrible imagen aún más deforme,
Sentirás al Diablo entrar a tu Nariz,
Y al gritar nadie te escuchará…)