UNA TARDE EN EL PARQUE
Había una vez un pequeño niño
quien quería conocer a Dios
él sabía que sería un largo viaje
para llegar a donde vivía Dios,
entonces el empacó su pequeña maleta
con panecillos y un paquetito de jugos
y emprendió su partida!
Cuando ya había recorrido tres cuadras,
él conoció una viejecita
ella estaba en el parque
observando algunas palomas
él niño se sentó junto a ella
y abrió su maletita.
Él estaba apunto de tomarse su jugo
cuando noto que la viejecilla
se veía hambrienta
entonces le ofreció un panecillo
ella agradecida lo aceptó y se sonrió.
Su sonrisa era tan hermosa
que el niño quería ver esa sonrisa nuevamente
entonces le ofreció un jugo
de nuevo ella le había sonreído!
él niño estaba encantado
ellos se quedaron toda la tarde
comiendo y sonriendo,
pero ellos nunca dijeron
ni una sola palabra
tan pronto como comenzó a oscurecer
el niño estaba cansado
y se levantó para irse.
Se dio vuelta y corrió hacia la viejecita
y le dio un abrazo,
ella le dio una hermosa sonrisa
como nunca antes había sonreído.
Cuando el niño abrió la puerta de su casa
su madre estaba
sorprendida de la felicidad que emanaba.
Ella le pregunto…
-Qué hiciste el día de hoy que te ha hecho tan feliz?
Él le contestó:
he comido con Dios.
Y sabes que?
EL tiene la sonrisa más hermosa que he visto!!!
Mientras tanto la viejecita,
también con mucha felicidad
radiante regreso a su casa,
su hijo estaba anonadado
por la paz que mostraba en su cara
y preguntó!
MADRE!...
-Qué hiciste el día de hoy
que te ha hecho muy feliz?
Ella contesto:
Yo comí panecillos en el parque con Dios!!!
Y sabes qué?...
ÉL es más joven de lo que esperaba.
!AUTOR ANONIMO!