Céfiro… en refrescante huida
constante pasa entre mis antojos
palparlo hace cerrar los ojos,
pensarte… y da sentido a la vida.
Excéntrico es, que de vuelta o de ida
una clepsidra la brisa llene
con tu imagen que contiene
una bendición distinta,
como esa Poesía en tinta
hecha inmortal… y se mantiene.
Y el cielo… con ese azul se expresa,
con su palabra de caballero,
la cumple por ser sincero
trayéndote hasta mi, con tu pureza.
El mar… en su sonido me embelesa
acentuando sus olas con tu voz
en románticas tonadas para dos
tomándose las rocas por testigo
de que aunque no estés, estás conmigo
y sino están ellas, está Dios.
Siento mi corazón y te bendigo
con esta alegría en la que canto
arpegios perfectos de te amo tanto
como aquella felicidad del niño
que sonríe al recibir cariño
igual a éste: divino y santo.
Y voy sereno… con el manto
de amor que me cubre felizmente
porque no estás y estás presente
con ese amor que jamás se trunca,
ese amor que a todo mal es suero
pues desconozco la cantidad la cual te quiero
y por la que a cada segundo… te amo más que nunca…
Alviz Neleb
Diciembre 04 de 2011
8:15 p.m. - Domingo