efraguza123

LEÓN

 Soñoliento iba hacia los crepúsculos

con los colores de las nubes rotas

la noche apresuraba su paso

como caballo espoleado por los rayos

el murmullo de la lluvia

me servía de manto

y el viento huracanado arrebataba

de mi lengua las palabras

la ciudad dormía bajo el cielo pequeño

de los gatos.

 

 

Las oblongas espadas de la hierba

y la luna invisible sospechaban

el fuego del instante de cegadores látigos

en que las montañas se modelan

en el métalico color de las pupilas.

 

Las cosas tomaban la piel del cielo insondable

y al mimetizarse el mundo parecía

una pantera embravecida

por las leznas disparadas

desde el  surtidor de los relámpagos.

 

Esa cólera de sombra

invadió mi corazón con el efluvio de estáticos silencios

y el hombre soñoliento que caminaba hacia el crepúsculo

se convirtió en león de piedra

doblegado por el peso de su fatídica melena.   

Efraín Gutiérrez Zambrano

De su poemario Molinos de Fuego