Son tus palabras el viento
que acaricia mis sentidos
despertando los ensueños
durmientes en el baúl…
en el baúl del olvido.
Olvido que me adormece
del sufrimiento batido
en el yunque de mi tiempo
y en mis espacios perdidos.
En ellos, errante mi corazón,
consumiré mi nostalgia,
pura esencia intemporal,
en tanto tú, luz que alumbra,
sostengas cruel realidad
de ese mundo de penumbras
que no permite anhelar
aquello que el alma ansía:
el amor y gozo unidos
en sublime sinfonía.
Y en sus acordes, te pienso,
cual si fueras la ambrosía
que alimentara mi vida
en alas de mi utopía.