La madre:
Ya es la hora de mi verdad
De hembra que gestó la vida
Como tierra abonada con sudores
Con luchas con siglos de espera.
Hoy con dolores de historia
Con sangre de poetas
Derramada en versos libertarios.
Surges, vienes al mundo
Mi hijo, mi poema amerindio,
Con sentimiento nativo.
Con carne que siendo esclavizada
También por amor quiere ser liberada.
Te amamanto con utopías,
Con consignas con amor tejidas.
Te visto con mi roja bandera
Y preparo tu escuela con
Las ideologías maduradas
Sobre verdades amargas
De un pueblo que vio
Morir a sus hijos
De madres que buscan
A sus desaparecidos.
El padre:
Dulce rayito de luz
con tu celestial mirada
con tu llanto de esperanza
que alegras el alma mía
Un agú tu primer verso
que se eleva al infinito
como grito en mi silencio
como canto de alegría
yo te sembré en tierra fértil
y naciste poemita
con aroma a puro amor
ya te arrulla entre sus brazos
una madre de alma noble
tienes de ella su sonrisa
y tienes mi corazón.
El poemita:
Fui engendrado con la ideología
Y el coraje de padre y madre americanos.
Con la sencillez y transparencia de mi padre
Y con la osadía de una madre mestiza
Que anhela que América sea una patria grande
Fui amantado con esperanzas.
Mis primeras palabras: Consignas.
Mis primeros deberes solidaridad, consciencia.
Y mis primeras acciones serán la de abrir caminos
Y ser arquitecto de mi destino.
Defender mi identidad y construir el mundo de los sueños
De mi pueblo oprimido por quinientos años.
Mi voz es la del viento sobre los pajonales.
La del río que canta y la de los volcanes.
Y mi vuelo será tan alto como el del cóndor
Símbolo de unidad latinoamericana.
Mi fuerza como la de los mares
Que golpean las riberas continentales.
Mi bandera tiene los colores de la esperanza
De la alegría de la fe y de las utopías.
¡Soy un poema latinoamericano!
AUTORES: SILVI Y JESBAC.