CON AMOR, Y POR AMOR
(Carta para los hombres,
Nuestros compañeros de jornada)
Porque os amo, Hombres del mundo,
Como seres humanos que sois,
Porque Se, en el fondo de mi ser,
Que sois una chispa divina de Aquel, que es
Portento de sabiduría Amor y perfección:
¡EL PADRE!
Quiero recordaros que nosotras, mujeres
Somos también, una chispa de EL.
Y que al sentirse satisfecho De obra,
tan maravillosa: Vosotros,
Quiso daros un premio;
Como a la noche, la luna,
Como a las flores, su fragancia,
Como al día, el sol.
Para el oído, la música
Para los ojos, la belleza,
Para la boca, el paladar,
Para la piel, el tacto,
Para la nariz, el olfato.
Y con todo esto, podemos disfrutar,
De Todo, lo que El nos dio.
A vosotros os dio a la mujer
Para vuestra compañía
Placer para todos vuestros sentidos
Y si amáis verdaderamente,
Podéis ser absolutamente felices.
Ella puede ser: Vuestra consejera,
Vuestra fuerza de empuje,
Vuestra motivación, para realizar,
Todos vuestros más caros anhelos.
No quiero olvidar, por ser mujer,
Que también ella puede ser:
¡Vuestra perdición!
Pero si buscáis en la historia,
En todas las religiones,
Y en vuestro propio corazón,
No será sorpresa para vosotros,
Daros cuenta de una gran verdad.
Desde el principio de los tiempos
Todo lo habéis organizado
Para ser vosotros, hombres,
Todo Poderosos, y ella…, vuestra esclava.
Le robasteis desde el principio de los tiempos
Todos sus derechos, humanos, sociales y morales.
Y la convertisteis, en vuestra posesión,
Vuestro objeto de placer,
En cualquiera de todos los campos,
Según vuestro estado de ánimo.
Si, disfrutáis con ella vuestras alegrías,
Sufrís con ella, vuestras tristezas y frustraciones,
Y de la misma manera, desahogáis con ella
Vuestro sadismo y vuestra bestialidad.
Basados en lo que según vosotros era:
“Mandato Divino”
Pero que equivocados estabais,
Porque Él no os dio a la mujer,
Para que os convirtierais en bestias…
La hizo físicamente menos fuerte,
Para que disfrutarais del placer,
De sentiros, fuertes y poderosos,
Por ser capaces amarla con ternura
Infinita, protegerla, ayudarla
Y ser su hombre, verdaderamente
HOMBRE!
Pero no como a las grandes bestias,
A vosotros se os dio, el entendimiento
Y también, los sentimientos.
Y porque asi convenía, para la misión,
Que a ella se le dio, su corazón es más fuerte,
Y más poderoso que el de un león,
Y en su alma cabe más coraje,
Del que vosotros podáis sonar.
Pero ahora que ella ha despertado,
Se está quitando la venda de los ojos,
Que con prepotencia inaudita,
Vosotros le pusisteis.
Y ha empezado a demostrar y a probaros,
Que ella, no es un objeto.
Vosotros por un amor mal entendido,
Llegáis a odiarla y tratáis de destruirla
Y todo porque algunas veces
os sentís impotente ante ella
No es esto una regla general, ¡Gracias Señor!
Yo sé que abundan los hombres,
Realmente hombres, que tratan a su familia
Con amor, con respeto y con dignidad,
Mi amor y respeto para ellos.
¡De ellos es el reino de Dios!
Pero si es bastante, para que haya tantos
Hijos abandonados, hogares destruidos
Y tantos niños y mujeres escarnecidos.
Yo solo quiero deciros,
Algunas grandes verdades.
Si una mujer os ama,
Soportara vuestras locuras
Equivocaciones y torturas, sí.
Pero no todo lo que vosotros queráis,
Ni, por tanto tiempo
Como a vosotros os plazca,
Sino todo, y por tanto tiempo
Como sea su capacidad de sufrir.
Es ella, la que tiene el poder de decir ¡No!
Y de cambiar su situación, cuando ella
Al fin realice, que no tiene, que estar allí,
Que puede reclamar su dignidad y su amor propio.
Si tenéis una mujer a la que torturáis
Y martirizáis, a vuestro antojo,
No os creáis, en vuestra ceguera
Que la tenéis en vuestras manos,
Y que podéis hacer con ella cuanto queráis.
¡Si, la tenéis en vuestras manos,
Pero eso es porque os ama!
Si la veis temblar de miedo
No os creáis que sea miedo,
Al golpe que podéis darle,
¡Es por miedo a que por ese golpe,
Esa humillación, o esa frase hiriente,
Repetidamente, continuamente…
Pueda dejar de amaros.
Ese es el miedo, ese es el dolor,
Vosotros despreciáis sus lágrimas,
Pero esas lágrimas lavan vuestras ofensas,
Y esas lágrimas lavan también,
Día con día, el amor…
¡Ese es el miedo, ese es el dolor!
Cuanto más grande sea su amor,
Más os soportara, mas os perdonara.
Es como cuando martilláis una pared,
Dependiendo de la pared,
Dependiendo del martillo,
Dependiendo de la fuerza,
Dependiendo de la continuidad.
¡Más tarde o más temprano,
Esa pared, caerá!
Pero no os sintáis por esto, Todo Poderosos,
Porque sois físicamente más fuertes,
O porque siempre os perdona,
O porque aunque grite o patalee,
Sigue allí a vuestro lado…
Esperando, sonando, que llegue el dichoso día,
En que realicéis, que ella está allí,
Solamente, porque os ama…
Pero cuando ella se revuelva
Como una fiera y os ataque,
Con palabras fuertes, o de hecho,
Usad vuestra inteligencia,
Esa, esa es la voz de alarma.
Está empezando a darse cuenta,
Que no tiene, que estar allí…
Ya es poco el tiempo que queda,
Para que os abandone a vuestra suerte.
Y no lo evitareis, pegando más fuerte,
O hiriendo más cruelmente,
O usando cualquiera de vuestros grandes poderes.
Ella os soportara, mientras
Sea capaza de soportaros.
Pero cuando desde el fondo de su corazón
Salga esa triste decisión,
Aunque os ame, no la detendréis,
Ni con un canon, ni con la furia de un huracán,
Ni siquiera con vuestras lágrimas,
Porque para lágrimas, bastantes
Ella ha derramado ya.
Y vosotros os habéis reído de ellas.
Quizá esta, os cause risa o desdén,
Pero yo os digo esto:
Por vosotros, por vuestros hijos
Y porque Dios nos creó, para estar unidos,
Y asi disfrutar del más bello regalo que Él nos dio:
¡! El Amor!!
Recordad también que el maltrato a la mujer
No solo las daña a ellas, no, El Padre
Sufre dolorosamente viendo como
Torturáis el regalo más precioso
Que El os dio…, y sufre por que
Nos ama, con un amor, que solo
EL puede sentir… perfecto!
Le duele por lo que ellas sufren,
Y le horroriza en lo que vosotros os
Convertís por ese comportamiento
y las consecuencias
Son terribles!
No importa donde estéis, no oséis
Olvidar jamás que EL está siempre
Ahí… con nosotros, mira a través
De vuestros ojos, pero vosotros,
En vuestra soberbia sois demasiado
Ciegos para daros cuenta de eso
El está siempre ahí, tratando
De ser escuchado, pero nosotros
Con la idea absurda de que estamos
Solos, separados y también muy ocupados
Con nuestros problemas, y pataleando
Protestando, quejándonos, no somos
Capaces de escucharlo, de sentirlo…
No olvidéis que para escucharlo a EL
Hay que estar quietos, callados,
Sin todo ese ruido en nuestras mentes,
Toda esa estática, no nos permite,
Darnos cuenta que EL está ahí, tratando
Desesperadamente de hacerse escuchar!
Y tampoco estamos solos, todos
Somos UNO con el universo, con EL,
Pues El siempre esta con nosotros,
EN nosotros, y alrededor de nosotros
Y El SI, nos escucha, EL sí, está atento
Esperando el momento de poder
Hacerse escuchar de nosotros,
Esperando que paremos de quejarnos
Y de patalear, y le demos Toda
Nuestra absoluta atención,
Y que dejemos de odiar…
Y de juzgarnos los unos a los otros
Llenando con esto de amargura
Nuestro corazón, que debería
De estar lleno de amor, aceptación
Y tolerancia porque todos estamos
En el mismo barco y de nosotros solos
Depende que tan rápido este barco se hunda
Este barco está resquebrajándose,
Hundiéndose por que el odio y la
Violencia pesan millones de veces más
Que el amor y la unión y la tolerancia,
Eso será lo único que nos podrá salvar
¡Porque la ley del universo, de Él, es el AMOR!
Amémonos sin condiciones, porque todos somos
Uno, con errores, defectos e imperfecciones,
Pero eso es lo estamos aprendiendo aquí,
Esa es nuestra misión, aprender a ser
Buenos y tolerantes los unos con los otros
Y por eso os ruego, Hombres del mundo,
¡Que os sintáis poderosos,
Porque tenéis un hogar feliz,
Una mujer orgullosa de su hombre
Y unos hijos que disfruten de UN HOGAR!
Yo sé que esto, no está,
Solo en vuestras manos
Y pido también a las mujeres
Que tenéis un buen hombre,
que penséis que también un hombre
Ama, sufre y aguanta, pero también
le llega el día, de olvidar, si, de olvidar,
si su amor no es correspondido y apreciado.
Yo os ruego esto porque amar,
¡Si, es Mandato Divino!
Y la sonrisa franca del hombre amado,
y el amor que podeis ver en sus ojos,
Son la magia que nos convierte en hadas,
Y un beso de amor, nos vuelve al paraíso
¡! Que Dios nos regaló!!
H. Violeta Lopez R.
Guatemala, Octubre 25 1984