¡Doctor!
Comienza en mis entrañas
El rumor de un eterno invierno,
Tengo un mar de brasas en las sienes
Y un árbol que me sube
Dando frutos las espadas de hojas languidas,
Espadas que se clavan en mi garganta
Rompiendo el propio camino de mi alegría…
- ¿Sufre de depresión, mi buen amigo?-
Trotan libremente, la nostalgia, la añoranza…
¡No es depresión!
Por que sufro escribiendo,
Sufro con el pesar de algunas musas
Y mi alma llora y ¡Sangro tinta!
Corre libremente mi esencia
A los campos lóbregos:
Regando letras, como semillas
Campizal de rosas negras y
Azucenas dormidas…que ocultan
su corola a la primavera.
¡Soy poeta! ¡Y riego el sembrado de crespones!
Si en mi otea un veta de locura,
No se extrañe usted, y no trate de entiender mi pesar.
Pues, su ducha matutina, es de aguas claras
En cambio la mía me humecta de tristeza…
- ¿Entonces? No entiendo...
Yo…soy hombre gris
que cruza la noche en un suspiro,
sufro la enfermedad del poeta
que no tiene cura alguna
Y lleva por nombre: “Melancolía...”