Las palmas parecen cubiertas de un velo
y no existe un ave que levante el vuelo,
el fuerte aguacero, casi torrencial,
para que te ame parece ideal.
Un manto sombrío va tapando el cielo,
charcos y corrientes corren por el suelo,
agua que domina, tormenta imperial
y el verde del campo cual juez imparcial.
Árboles e hierbas, bailan agitados,
vistiendo de fiesta muy engalanados,
así van creciendo mis ganas de amar.
Se agita mi alma, el deseo del beso
y de la tormenta anhelo el receso,
para por tu cuerpo mi amor derramar.