Un conglomerado de cortinas férricas, y a veces transparentes,
De realidades para algunos invisibles, y eternamente presentes.
Una diminuta y muy odiada jaula… es esto lo que me contiene.
Me he quedado atrapada en esta vida sin razón y sutilmente.
Incluso a veces, cierro mis ojos y enajenadamente vuelo
Creyendo que he encontrado un nuevo y destellante cielo.
Que llenare este insaciable, seco y questionante hueco interno
Que me acompaña fielmente desde que se me forjo el universo.
Si… He llegado a abrir las alas y a volar algún momento,
He llegado a ver lo que me atormenta como un mal sueño,
Con miedo he querido pensar que algún día podre salir…
Y… si así nací, ¿Será posible aprender a vivir fuera de aquí?
Le he enviado cartas de amor a la muerte para que venga por mí
Y ver si ella logra traspasar lo que me obliga a “vivir” así
Pero ella me ignora a pesar de ver otras como yo volar, y en manadas.
Han encerrado el cielo y yo sigo aquí impotente… y muy solitaria.