ALVARO J. MARQUEZ

ERES TÚ...

"Si por amarme te quieres exceder/ y hasta perder los sentidos,/ tienes, si me vas a querer,/ todos los excesos permitidos".

 

La que con sólo sonreír ya me enloquece,

La que no es diosa pero desnuda lo parece,

La que pícara, muy pícara ve donde no debe…

La que entre tantas excusas que ha usado,

Dice al abrazarme que por ser yo delgado,

Me abraza fuerte para que el viento no me lleve.

 

La bella que me guiña un ojo a cada instante,

Porque se fija cómo luzco a veces por delante

Y le encanta también verme un poco atrás…

La insaciable a quien nunca le sube el rubor,

Que arde de pasión cuando hacemos el amor

Y nunca se conforma y pide más… más… ¡más!

 

La que se coloca una blusa sexy y transparente

Y le gusta verme ansioso, apurado, impaciente

Y en ocasiones me hace esperar mucho adrede,

La misma que siempre entre tantos me prefiere,

Que me jura altiva que no la posee quien quiere,

Sino únicamente aquel que según su juicio, puede.

 

Eres tú la que de mis sueños para nada se sale,

Eres aquélla para quien en el amor todo se vale

Y hace uso de sus mejores y coquetas artimañas.

La que por su manera de ser me hace quererla,

Que logra no sé cómo, que yo tan sólo por verla

Sienta en mis adentros tantas cosas extrañas.

 

Eres tú la autora del libro de todos mis días,

La que provoca mi risa, todas mis alegrías

Y hasta también a veces, la causa de mi llanto,

Fuego lento que inevitablemente me quema,

Inspiración maravillosa y sutil de mi poema,

El mejor motivo sin dudas, para mi canto.

 

Eres tú la que abre y cierra todas mis puertas,

La que mantiene en mí siempre despiertas

Las ansias de sentir, los deseos infinitos de amar.

El motor que en todo momento me mueve,

El sol que se oculta para abrazarme cuando llueve

Y el mismo sol que sale feliz cuando va a escampar.

 

Eres tú y sólo tú la razón final de mi anhelo,

Algo tan divino que pareciera venir del cielo

Con un aura que hoy nos envuelve a los dos.

La que yo amo, la que con su alma me ama,

Ésa que, siendo yo un mortal en la cama,

Me hace sentir igual que si fuera Dios.

 

Eres tú y estoy muy feliz de que lo seas,

Que cada vez que me sonrías, que me veas,

Hagas que sea el más afortunado hombre,

Porque ahora, que iluminas de ese modo mi día,

Sé algo que es elemental pero no lo sabía

Y es que el verdadero amor… lleva tu nombre.