Fernando Curiman

Necesito un destierro, pero de esos eternos.

A quien engaño, escribo como las pelotas
Como las pelotas hinchadas de tanto intentar
Explotar, estallar, caer, olvidar.

Con rimas decadentes, deprimentes, abusivas
obsesivas, frígidas, obscuras.
¡Hasta cuando! seguiré gritando a labios rotos
El martirio de la existencia entre adjetivos
Basta, basta, basta de cánticos fúnebres
Al vuelo del palomo putrefacto.
Basta de letras, negras todas como la muerte
Y gramática epiléptica desbordando por las manos

Quiero ser perro-planta-paloma-mundo-vida,
TODOMENOSHUMANO
Un experimento surrealista de la tierra
Una roca silenciosa, pasiva, musgosa, olvidada
En el medio de prados grises (ojalá en altura)
Quiero muerte, quiero silencio, quiero descanso
Quiero ver caer las hojas al cielo
Y el brillo del sol entremezclarse con el polvillo boscoso
Eternamente, eternamente... volátil.