Es el poeta que nada
en olas turbulentas
de la corriente de la tristeza,
a ratos se salva de la inclemencia,
a ratos se escapa de la incongruencia,
pero luego canta y ríe y ama,
pero siempre vuelve al río encantado
de los sinsabores de la vida entera,
de las nubes grises,
y del cielo pintado con lágrimas
y que se desprenden
como si fuera la lluvia
y no como pétalos que caen de la rosa,
sino granizo de color de calma,
para helar hasta el alma resignada.