Quizás la vida nos maltrate y nos hinque,
quizás la vida llegue a humillarnos
probando la amargura de la derrota y entre lágrimas
derramadas nos ahoguemos en un abismo de desesperación.
Serán contadas las ocasiones en que la alegría pintara
nuestro rostro de una dicha pasajera y como un haz
de luz intermitente llegase y partiese dejando nuestras
bocas con hambre de más, con codicia de más,
recorriendo erguida nuestra existencia, que predispuestos
eligiéramos una ruta segura libres de errores y tristezas
sorteando gallardos los artificios de la vida.
Mas seria ese el edén que nos cautivaría vivir
en donde los traspiés y las angustias que por saberse
estamos expuesto a incurrir a lo largo del camino,
exentos estuviéramos prestos a evadir.
Seria esa vida tan hermosa? Seria esa vida tan tangible?
Adobada nada más de los mejores manjares en donde
el valor de lo ganado no nos saciaría con su sabor insulso
nuestra infinita ansia de encontrar ese balance empírico
que solo la experiencia de lo vivido cabal nos satisfaga,
ese valor encontrado y atesorado, ese gustillo delicioso logrado
tendría más esencia, ese trofeo colgado en la vanagloria de nuestro ego,
esa sensación de ostentación, de sarcasmo burlón de volverse a levantar
aunque pronto supiéramos, estemos luchando para no volver a caer.
WCELOGAN